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Una cocina que trabaja codo a codo con los pequeños productores para llevar una carta diferente al paladar del consumidor. El resultado son platos sin agrotóxicos, hechos exclusivamente con ingredientes de estación, respetando la trazabilidad de los productos, la biodiversidad y el comercio justo.
En Catalino aspiran a despertar el paladar: quiere ser un paso más hacia la soberanía alimentaria. Un espacio donde cada uno pueda elegir conscientemente qué come y por qué.
Sólo se utilizan ingredientes agroecológicos (desde la sal hasta el aceite) y carnes de pastura. Se fomenta el consumo de carnes de caza y cortes vacunos habitualmente desprestigiados, y se cocinan los vegetales enteros, aprovechando todas sus partes, sin desperdicios, en coherencia con el criterio de sustentabilidad que está en el corazón de esta cocina.
Catalino es un puente entre el productor y el comensal. En esa línea, la carta detalla cuáles son los productores que participan en cada plato realizado.
LA CARTA
Los platos figuran en tres categorías según su tamaño, adaptándose a los gustos y el apetito. Siempre hay opciones para veganos y vegetarianos. La carta, breve, es creada puntualmente semana a semana por la cocinera Mariana Tejerina en función de los productos más frescos que los productores brindan en cada oportunidad. Los precios son realmente accesibles, no se equiparan con los de ningún restaurant de autor o a puertas cerradas: la idea es abrir la invitación a comer de otra forma y experimentar una relación diferente con el alimento.
¿A qué se llama en Catalino cocina sincera?
"Es una cocina social, justa y sustentable.
Una cocina cíclica, acorde a la estación y las cosechas.
Tendemos puentes y redes. Conectamos productores, productos y personas.
Buscamos educar el paladar y despertar la consciencia del comensal.
Entendemos que comer es un acto primitivo, natural y alegre.
Respetamos la vida y la muerte."
Quiénes hacen Catalino
Mariana Tejerina es chef e ideóloga de Catalino. Mariana es cocinera profesional hace 18 años, pero su primera gran experiencia fue aprendiendo de su mamá, Catalina. En los últimos años trabajó para chefs como Sébastien Fouillade en Topinambur, Isidoro Dillon en Soder, Antonio Soriano en Astor, entre otros. De su cabeza y corazón salen cada semana los platos únicos que le dan el alma a Catalino.
Raquel Tejerina es fundadora e ideóloga de Catalino. En este proyecto se conjugan sus tres grandes pasiones: la cocina que aprendió desde chiquita con su mamá, la escritura creativa que ha permitido que Catalino vuele conceptualmente hasta convertirse en algo con identidad propia, y la pasión social que la vinculó a proyectos por el trato igualitario hacia los animales. Sus recorridos profesional y personal hasta hoy la trajeron a la puerta de este humilde y gran sueño.
Reservas por mensaje privado en Facebook @catalinorestaurant o al 15-6384-6461.
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